lunes, 4 de diciembre de 2017

COMENTARIO ELEISON Número DXLII (542) - 02 de diciembre de 2017

Liberalismo = Religión
“Dios o Mammon – hay que elegir”, Nuestro Señor afirmó.
El Vaticano, al elegir a Mammon, enfermó.
No solo el liberalismo es un pecado y un pecado grave que afecta al honor de Nuestro Señor Jesucristo, sino que el liberalismo es una religión. Nos estamos muriendo del liberalismo y sus consecuencias. Hace ya dos siglos que este liberalismo se ha extendido por todas partes, en nuestras sociedades, en nuestras escuelas. Este veneno destruye los mandamientos de Dios, destruye todo lo que constituye la belleza, la grandeza de la civilización cristiana. Como dijo el papa León XIII a propósito de la masonería en su encíclica Humanus Genus: “Hay que arrancarles su máscara y mostrarlos tal y como son para que así los evitemos y evitemos sus errores”. Creo que el liberalismo, que es un fruto de la masonería, necesita también ser desenmascarado y ser presentado tal cual es, de forma que se comprenda su peligro.
El liberalismo tiene su diosa. Es la libertad. Recordarán ustedes la adoración, las adoraciones hechas durante la Revolución francesa en la catedral de Nuestra Señora de París a la diosa razón, es decir, a la libertad, a la libertad del hombre. Y es a esta libertad, que tiene su estatua a la entrada de Nueva York, a la que han festejado de una manera increíble hace pocos meses. El hombre libre. El hombre liberado, por fin, de toda ley y principalmente de la Ley de Dios. Esta es la diosa de la religión del liberalismo.
El liberalismo tiene su sacerdocio, su sacerdocio son los masones. Sacerdocio secreto, sacerdocio organizado, sacerdocio extremadamente eficaz. Masones hay miles y miles. La secta masónica de los B’nai B’rith, que hace sus entradas a Roma con mucha frecuencia y que estaba presente en la reunión de ayer en Asís, ella sola consta de ciento sesenta mil miembros en el mundo. El Gran Oriente también está extendido por todo el mundo.
El liberalismo tiene sus dogmas. Estos dogmas son la Declaración de los Derechos del Hombre. Los papas nos han instruido que estos derechos del liberalismo son el instrumento inventado por la masonería contra Dios, precisamente para liberar al hombre de la ley de Dios. De ahora en adelante, el hombre es libre de pecar, puede desobedecer a Dios… por ejemplo, libertad de prensa… estas son las famosas libertades que han sido escritas en la Declaración de los Derechos Humanos y que han sido condenadas por los papas durante siglo y medio.
El liberalismo tiene su moral, que es un contra-Decálogo, su moral es sencillamente la inmoralidad. Por veinte años los liberales han logrado introducir en la legislación de casi todos los Estados todos los principios que van en contra de la moral católica, como el aborto, unión libre, etc. – vivir en pecado es favorecido por las leyes impositivas.
El liberalismo tiene su política, la política de la democracia, la política del número. Según la “democracia” es el pueblo que aparentemente gobierna. Pero es para mejor avasallarlo, para mejor dominarlo y desposeerlo por medio de un estado omnipotente, de un socialismo totalitario que poco a poco arruina el derecho de propiedad, que hace trabajar a los ciudadanos para el Estado casi una tercera parte del año. Y así, ya tenemos a los ciudadanos prácticamente esclavos del estado totalitario. Esta es la política del liberalismo, a la que llaman libertad.
El liberalismo tiene su enseñanza y quiere que su enseñanza sea atea, laica y universal para todo el mundo. En Francia, no fueron los obispos quienes defendieron la libertad de una educación no gubernamental, sino las familias. Si no hubieran ido dos millones de familias a Paris para rechazar la ley de educación socialista, hoy solamente habría en Francia la educación gubernamental, y la educación privada habría desaparecido.
El liberalismo tiene su economía, dirigida por las finanzas internacionales. Según apliquen los países la moral liberal, la economía liberal, la enseñanza liberal, las leyes liberales, así interviene el Fondo Monetario Internacional al lado del gobierno para sostenerlo, aunque tenga enormes deudas. Por el contrario, los Estados que resisten el liberalismo son socavados financieramente y arruinados económicamente, si es posible. El mismo Vaticano ha sido arruinado por la economía internacional. Los masones infiltraron las finanzas pontificias, y transfirieron la fortuna del Vaticano a Canadá, donde desapareció. Inmediatamente los masones y la Finanza Internacional intervinieron para ofrecer el apoyo financiero que necesitaba. Naturalmente esto explica las presiones que se ejercitan cerca del Vaticano en el nombramiento de los obispos y cardenales, y también para conseguir que se haga cuanto el papa hace, quien prácticamente está ahora al servicio de la masonería. Hay que decir las cosas como son.
Esto dijo Mons. Lefebvre en Barcelona en 1986. ¿Es necesario cambiar una sola palabra?
Kyrie eleison.