lunes, 31 de julio de 2017

¿LA REVOLUCIÓN DEL VATICANO II FUE MALINTERPRETADA?



A menudo se expresa por los conservadores desalentados por los cambios en la Iglesia Católica que el Vaticano II fue un buen Concilio, pero que fue mal interpretado. Si estas buenas personas estuvieran mejor informadas sobre lo que ocurrió en el Concilio, nunca dirían tal cosa. Aunque el Vaticano II comenzó con las mejores resoluciones, fue secuestrado en la sesión de apertura por los obispos rebeldes porque el Papa había planeado el Concilio sin su consejo y contra sus diseños.
Nos enteramos que el cardenal Tisserant, principal ponente del Tratado Moscú-Vaticano de 1962, que presidió la sesión inaugural, estuvo en el centro de este golpe para usurpar el Concilio Vaticano. Según Jean Guitton, el célebre académico francés, Tisserant le había enseñado un cuadro de sí mismo y otros seis, y le dijo: “Este cuadro es histórico, o más bien simbólico, muestra la reunión que tuvimos antes de la apertura del Concilio cuando decidimos bloquear la primera sesión negándonos a aceptar las reglas tiránicas establecidas por Juan XXIII “. (Vatican II in the Dock, 2003)
En el centro de este golpe para derrocar al Vaticano II estaban los Cardenales Alfrink, Frings y Liénart de la Alianza del Rin. Su objetivo era ganar el control de las comisiones de redacción conciliar. Una votación crucial debía ser tomada para determinar a los miembros de las comisiones cuando el Cardenal Liénart, presunto francmasón, tomó el micrófono durante un discurso y exigió que la lista de 168 candidatos fuera descartada y que se preparara una nueva lista de candidatos. Su gesto extraño fue escuchado por el Concilio y la elección fue pospuesta. La acción de Liénart desvió el curso del Concilio y fue aclamada como una victoria en la prensa. La fecha fue el 13 de octubre de 1962, el 45 aniversario de la última aparición de Nuestra Señora en Fátima. (Fr. Ralph Wiltgen, “El Rin desemboca en el Tíber”)
En su discurso del 14 de febrero de 2013 al clero de Roma, el Papa Benedicto XVI relata brillantemente este golpe de Estado en el Vaticano II: “En el programa para este primer día estaban las elecciones de las Comisiones y se habían preparado listas de nombres, en lo que pretendía ser una forma imparcial, y estas listas fueron sometidas a votación, pero enseguida los Padres dijeron: “No, no queremos simplemente votar por listas pre-preparadas, Nosotros somos los sujetos”.  Fue necesario entonces retrasar las elecciones, porque los Padres… querían preparar las propias listas. Y así fue. El Cardenal Liénart de Lille y el Cardenal Frings de Colonia habían dicho públicamente: no, no de esta forma, queremos hacer nuestras propias listas y elegir a nuestros propios candidatos”. (Benedicto XVI en su discurso al clero de Roma, 14 de febrero de 2013)
Después de bloquear ilícitamente la votación, esta facción rebelde, conocida como el “grupo del Rin”, recurrió a métodos burdos para obligar a instalar a varios de sus propios miembros en las comisiones de redacción, de modo que durante la noche casi el sesenta por ciento de las comisiones estaban ahora presididas por “sospechosos teólogos” que anteriormente habían sido restringidos bajo Pío XII. Su control de las comisiones seguiría fortaleciéndose, allanando así el camino para los diversos documentos del Vaticano II que conocemos hoy.
Sin embargo, los verdaderos documentos del Concilio Vaticano II eran los 72 esquemas que Juan XXIII había aprobado antes del Concilio. Los 72 esquemas eran muy apreciados por los verdaderos pensadores de la Fe, entre ellos el arzobispo Marcel Lefebvre, que había sido nombrado para el Comité Preparatorio Central para examinar los documentos de pureza doctrinal antes de su presentación en el Concilio. Según Lefebvre, los esquemas eran dignos y ortodoxos, y debieron haber sido usados, pero para su gran consternación el Concilio, bajo la dirección de estos piratas conciliares, rechazó el esquema de Juan XXIII. Consideremos las propias palabras de Lefebvre:
“Desde los primeros días, el Concilio fue acosado por las fuerzas progresistas, lo experimentamos, lo sentimos… Teníamos la impresión de que algo anormal estaba sucediendo y esta impresión se confirmó rápidamente: quince días después de la sesión de apertura, ninguno de los setenta y dos  esquemas quedaron.  Todos habían sido devueltos, rechazados, arrojados a la papelera… El inmenso trabajo que se había logrado fue rasgado y la asamblea se encontró con las manos vacías, sin nada preparado. ¿Qué presidente de la junta directiva, por pequeña que sea la empresa, estaría de acuerdo en continuar sin una agenda y sin documentos? Sin embargo, así es como comenzó el Concilio”. (Arzobispo Lefebvre, “Carta abierta a los católicos perplejos”, 1986)
El Papa Juan, viendo lo que había pasado, finalmente clamó en junio de 1963: “detener el Concilio”, pero ya era demasiado tarde. Los enemigos de la Fe habían capturado las posiciones clave del Concilio, permitiéndoles así redactar documentos pérfidos para el engaño de la Iglesia, es decir, los 16 documentos del Vaticano II.
De ahí que los cambios radicales de hoy no reflejen una interpretación errónea del Vaticano II, sino una verdadera interpretación según la intención de los arquitectos originales. Es por eso que tenemos todos los problemas hoy. Las pocas partes buenas de los documentos escritos por las pocas personas buenas sólo se les permitió como cobertura conservadora para vender los documentos a los padres del Concilio. Era importante para los liberales vaticanos que los documentos parecieran más ortodoxos que liberales, porque el objetivo de estos sinvergüenzas era asegurar la firma del Papa Pablo VI, sin la cual su plan nunca tendría éxito.
Su plan en esencia era revivir la causa de Lutero bajo el pretexto de una reforma y fusionar la Iglesia Católica con las religiones del mundo. Fr. Edward Schillebeeckx, una prominente figura del Concilio, incluso dijo: “La acusación de connivencia con la Reforma no es, pues, sin fundamento”. [Énfasis mío]
Consideremos ahora la visión del francmasón del siglo XIX y sacerdote excomulgado, el canónigo Roca (1830-1893), quien predijo que “la liturgia de la Iglesia Romana sufrirá una transformación en un concilio ecuménico” en un movimiento “para privar a la Iglesia de su carácter sobrenatural, para fusionarla con el mundo, entretejer las denominaciones ecuménicamente en lugar de dejarlas correr lado a lado como confesiones separadas, y así pavimentar el camino para una religión mundial estándar en el estado mundial centralizado “.
Más de una vez ha surgido que la Santísima Virgen en Su Tercer Secreto de Fátima habló de “un mal concilio y una misa mala”. Esto fue reportado por Fatima Crusader en mayo de 2009 y de nuevo por One Peter Five en mayo de 2016. Según ambos informes, el Cardenal Ratzinger [ahora Benedicto XVI] dijo a su buen amigo, el P. Ingo Dollinger, a finales del verano de 2000, que todavía hay parte del Secreto de Fátima que aún no había sido revelada, y que el Secreto habla de “un mal concilio y una misa mala” que vendría en el futuro.
Un mal concilio y una mala misa ciertamente estarían vinculados con la predicción del canónigo Roca de que la liturgia “pronto se transformará en un concilio ecuménico”. Entre las instrucciones de este Concilio ecuménico figuraba la Constitución sobre la liturgia, Inter Oecumenici, del 26 de septiembre de 1964, en la que se esbozaba el nuevo estatuto de la Misa y el santuario. El artículo 91 dice: El altar mayor debe ser preferentemente independiente, para permitir caminar alrededor de él y la celebración de frente al pueblo.
¿Cómo es que la gente dice que el Vaticano II fue mal interpretado, cuando su llamado a la “celebración frente al pueblo” fue ordenado como la norma universal poco después del Concilio? Este cambio, sin precedentes en la historia de 2000 años de la Iglesia, fue cuidadosamente calculado para llevar a un cambio de enfoque donde el énfasis está en la comunidad, y no en Dios.
Inter Oecumenici también pidió la “supresión” de las Oraciones Leoninas después de la Misa, es decir, los tres Avemarías, la Salve Regina y la Oración a San Miguel (artículo 48). La supresión de estas oraciones realmente sucedió después del Concilio.
De acuerdo con el diseño conciliar “emprender con gran cuidado una restauración general de la liturgia” (21), el documento Sacrosanctum Concilium hizo un llamado a una revisión general de la Misa, en la que los «elementos» arcaicos acumulados a través del tiempo “se han de descartar” y “los ritos deben ser simplificados” para que “la participación activa de los fieles pueda ser más fácilmente lograda”. (Artículo 50)
Esto también ocurrió con la implementación de la Misa de Novos Ordo, aunque la nueva Misa no mejoró la participación en Dios, sino nuestra alienación de Dios. “La participación activa”, como Dios lo ve, es que nos involucremos con nuestra religión reverentemente asistiendo a misa, yendo  a confesión, leyendo la vida de los santos y santificando nuestras almas en el temor de Dios, pero a lo que los liberales se referían con esto es que deberíamos ser activistas ocupados al participar en la revolución litúrgica contra la Misa y el sacerdocio.
Algunos todavía sostienen que los documentos del Vaticano II no contienen ningún error, sino que son simplemente ambiguos en su redacción, pero su argumento los expone, porque la ambigüedad es el arma humeante del diablo y es la evidencia más clara de que los documentos están malditos. Dios nunca es ambiguo, sino siempre es claro, directo, y jurídico, documentos tan distorsionados que “hablan de dos lados de la boca” son un regalo muerto del que Dios no es su autor.
Los documentos a veces son muy ambiguos. Por ejemplo, el documento conciliar Unitatis Redintegratio deja claro que “el Espíritu Santo no se niega a hacer uso de otras religiones como medio de salvación” e incluso afirma: “En ciertas circunstancias, como los servicios de oración “por la unidad” y durante reuniones ecuménicas, es permisible, de hecho deseable que los católicos se unan en oración con sus hermanos separados. ”
Debido a esto y a otros textos similares del Concilio, no es raro que el clero y los laicos participen en el culto interreligioso contra la prohibición de 2000 años de la Iglesia, así que ¿cómo es que los católicos hoy en día atribuyen esta mezcla ecuménica a una “mala interpretación” del Vaticano II? El Concilio llamó a la Misa frente al pueblo, ¿cómo es que la nueva Misa fue implementada contra los diseños del Concilio?
David Martin

domingo, 30 de julio de 2017

COMENTARIO ELEISON Número DXXIV (524) - 29 de julio de 2017


Consagración de Fátima – I

Cuando el hombre moderno de Dios se apartó,
A Nuestra Señora, tratando de ayudar, solo despreció.
Cuando en mayo pasado los cuatro obispos en Vienna, Virginia, en los Estados Unidos, hicieron lo que pudieron para consagrar Rusia al Corazón Inmaculado de María, ellos utilizaron una fórmula para la Consagración que nunca había sido utilizada anteriormente, y que era un tanto diferente de las fórmulas usuales. Incluyó una breve historia del pedido de Nuestra Señora para la Consagración, mostrando cómo los líderes de la Iglesia fallaron, y todavía fallan, en responder adecuadamente a la simple solución del Cielo para los problemas sin precedentes de la Iglesia y el mundo de hoy. El propósito de esta fórmula fue ayudar a que todos se dieran cuenta que estos problemas, de otra manera insolubles, son culpa no de Dios Todopoderoso sino de la falta de fe por parte de los hombres de Su Iglesia. Ellos deben hacer lo que les pidió Nuestra Señora que hicieran, a pesar de lo que el Vaticano II los haga querer hacer. ¿Qué desastres se necesitarán para hacer que finalmente hagan lo que Ella quiere, para salvarnos a todos? He aquí la primera mitad de aquella Consagración de Virginia:—
Santísima Madre de Dios, Inmaculado Corazón de María, Trono de Misericordia, Trono de Bondad, Trono del Perdón, puerta segura por la cual las almas entran al Cielo, mira de rodillas ante Ti a los cuatro hijos de Mons. Lefebvre, cuatro obispos tratando de hacer lo que pueden para ayudarte a obtener del Papa y los Obispos de la única verdadera Iglesia de tu Divino Hijo, la Consagración de Rusia a tu Corazón Dolorido e Inmaculado pues esta solamente puede obtener la paz para la humanidad, actualmente bajo la sombra de una espantosa tercera Guerra Mundial. En Fátima, Portugal, hace cien años, Tú primero advertiste a la humanidad de la Segunda Guerra Mundial por venir, del hambre y persecuciones, si la gente no dejaba de ofender a Dios. Para prevenir estos desastres, Tú prometiste regresar para pedir la Consagración de Rusia a Tu Inmaculado Corazón, y la Comunión Reparadora de los Primeros Sábados. Si tus pedidos fuesen atendidos, Rusia se convertiría y habría paz. De lo contrario, los desastres seguirían y Rusia diseminaría sus errores por todo el mundo. Doce años más tarde tú regresaste como lo prometiste, e hiciste la doble petición.
Sin embargo, confiando en los medios humanos para resolver los graves problemas de la Iglesia, los clérigos no hicieron inmediatamente lo que tú solicitaste. Dos años más tarde tu Divino Hijo advirtió a la humanidad a través de la Hermana Lucía de Fátima, que ya que Sus ministros retrasaban el cumplimiento de Su mandato, sufrirían graves consecuencias: Rusia difundiría sus errores por el mundo, causando guerra y persecuciones a la Iglesia y el Papa sufriría mucho. Aún así el Papa prefirió sus medios humanos al tratar con Rusia.
En 1936 Nuestro Señor explicó a la Hermana Lucía que la conversión de Rusia dependía de su consagración a tu Corazón Inmaculado porque Él quería que toda la Iglesia reconociera que esta conversión sería un triunfo de tu Corazón, de modo que la devoción a tu Corazón se situara junto a la devoción a Su Sagrado Corazón.
Todavía los hombres de Iglesia dudaron, y entonces en 1939 estalló la terrible Segunda Guerra Mundial, y en todo el mundo el Comunismo extendió su poder. Inmediatamente después de la guerra, tus estatuas peregrinas de Fátima tuvieron gran éxito, pero aún así los hombres de iglesia no harían exactamente lo que tú pediste, y así en 1957, antes que la Hermana Lucía fuera silenciada por los hombres de Iglesia, ella expresó tu tristeza porque ni los buenos ni los malos atendieron el mensaje de Fátima. Tú dijiste que los buenos no le daban importancia, mientras que a los malos no les importaba. Pero tú nos advertiste una vez más de que el terrible castigo era inminente.
Para este castigo, vea los “Comentarios Eleison” de la próxima semana.

Kyrie eleison.


sábado, 29 de julio de 2017

MATRIMONIOS PARA MONS. FELLAY Y SOR PIERRETTE: EL CARNAVAL BERGOGLIANO

El mismo día en que fue publicada la carta pontifical concediendo a la FSSPX la posibilidad de recibir puntualmente delegación de los Ordinarios para los matrimonios, las autoridades supremas de la FSSPX agradecieron “profundamente” al Santo Padre. Ante las disensiones internas que este texto pontificio provocó debido a sus graves ambigüedades e importantes consecuencias a largo plazo, la única línea de defensa de estas mismas autoridades supremas de la FSSPX consistió en observar en este gesto del Papa Francisco, una actitud “positiva” respecto a la Tradición.

Sor Pierrette bautizando
Pero he aquí que, después de la FSSPX, sor Pierrette Thiffault, religiosa canadiense, acaba también de recibir delegación para recibir los consentimientos de los esposos. ¿Hay que ver aquí una disposición “positiva” del Papa en orden al bien de la Iglesia? En realidad, después de la autorización que recibió de dar un bautismo, esta delegación para los matrimonios que viene directa de Roma, parece más bien una voluntad de disolver el sacerdocio católico y protestantizar la Iglesia un poco más. Sor Pierrette Thiffault no se equivocó cuando dijo:
Es un gran servicio a la Iglesia, pero también para mí. Es una apertura para las mujeres en nuestro medio, también en la diócesis”.
A la luz de este nuevo hecho, la delegación dada a la FSSPX toma su verdadera luz. De ninguna manera se trata de que el papa quiera la Tradición católica para la Iglesia: ¿cómo un papa que quiere la Tradición católica podría obrar a la destrucción del sacerdocio católico, sino más bien una vaga concesión que intenta hacer entrar a la FSSPX en el panteón ecuménico de la “Iglesia” conciliar?
Christian Lassale

viernes, 28 de julio de 2017

DE LA ILUSIÓN A LA FRUSTRACIÓN

SYLLABUS



Para no pensar que Mons. Fellay tiene malas intenciones, diremos simplemente que parece ser un hombre arrastrado por las emociones, las impresiones, el “qué dirán”, en definitiva, la ilusión. Véase, sino, lo que decía hace tan sólo cuatro meses atrás (sermón acá):

Y aquí también hay algo muy interesante. Desde, podemos decir dos años y algo, hay un cambio muy importante no en todo, pero en la Congregación de la fe. Esta congregación de la fe es con la cual hablamos. Y nos dicen ahora “ustedes no están obligados a aceptar la libertad religiosa, el ecumenismo, la misa nueva; usted puede mantener su posición, porque estos puntos del concilio no son tan importantes que quien los rechaza no sería católico. Se puede no estar de acuerdo con el concilio y mantenerse como católicos”. Esto es muy importante, hasta ahora siempre han dicho “ustedes necesitan aceptar todo”. Y estos últimos años, en las discusiones que hemos tenido con los obispos mandados por Roma, ellos nos han dicho “estas cuestiones son cuestiones abiertas”.

Se debe preguntar: ¿por qué han cambiado? Doy mi opinión: Me parece que la razón de este cambio de actitud viene de la gravedad de la situación actual de la Iglesia. Es un contraste. Entonces, nos tratan de un modo mejor porque la Iglesia va mal. Ven cosas malas en la Iglesia. Y están forzados a reconocer lo que nosotros hacemos y no les gusta a ellos, pero que no es al mismo nivel que lo que defendemos nosotros es católico.

Por ejemplo, la última vez que encontré al cardenal Müller, que es el Prefecto de la Comisión de la fe, me ha dicho “nosotros -los de la comisión de la fe- esperamos que vosotros entren en la Iglesia -ya somos de la Iglesia- los esperamos para que nos ayudemos a combatir los modernistas”. Están muy molestos con todas las herejías que pasan ahora y nos miran como una ayuda para combatir estas herejías”. 


Hace diez días, se conoció la noticia (Fuente):

Dos eventos marcaron el inicio del verano en Roma: una carta del cardenal Gerhard Müller a Monseñor Bernard Fellay y su reemplazo como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) por el arzobispo Luis Francisco Ladaria Ferrer.




El 26 de junio del 2017, Müller impuso nuevamente la Declaración Doctrinal del 2012


El 26 de junio de 2017, Monseñor Bernard Fellay, superior general de la FSSPX, recibió una carta del cardenal Gerhard Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, con fecha del 6 de enero de este año, en la que el prelado alemán - con la aprobación del papa Francisco - enunció las condiciones necesarias para una declaración doctrinal, prerequisito indispensable para cualquier tipo de reconocimiento canónico de la Fraternidad. Las condiciones son tres:

"1) Es necesario exigir a los miembros de la FSSPX adherirse a la nueva fórmula de la Professio fidei de 1988. En consecuencia, ya no es suficiente con que pronuncien la Professio fidei de 1962.

2) El nuevo texto de la Declaración Doctrinal debe incluir un párrafo en el que los signatarios declaren explícitamente su aceptación de las enseñanzas del Concilio Vaticano II y de aquellas del período post-conciliar, al otorgar a esas declaraciones doctrinales el grado de adhesión que les es debido.

3) Los miembros de la FSSPX no solamente deben reconocer la validez, sino también la legitimidad del rito de la Santa Misa y de los sacramentos, de acuerdo con los libros litúrgicos promulgados después del Concilio Vaticano II."
El 30 de junio, Monseñor Fellay envió esta carta a todos los sacerdotes de la Fraternidad, con la siguiente observación: "Nos encontramos nuevamente en una situación similar a la del 2012. Aunque Monseñor Pozzo, secretario de la Comisión Ecclesia Dei, haya empleado un lenguaje muy diferente el pasado mes de marzo respecto al criterio de catolicidad que se nos exigiría."
Más adelante, recordó su declaración dada al final de la reunión con los superiores mayores de la Fraternidad en Anzère, Suiza, el 28 de junio del 2016:

La Fraternidad Sacerdotal San Pío X no busca por encima de todo un reconocimiento canónico, al cual tiene derecho porque es católica. La solución no es simplemente jurídica. Depende de una cuestión doctrinal que es indispensable expresar... La Divina Providencia no abandona a su Iglesia, de la cual el papa - vicario de Jesucristo - es su cabeza. Es por esto que una señal incuestionable de esta restauración será el deseo expreso del Supremo Pontífice de conceder los medios con los cuales restablecer el orden del sacerdocio, de la fe y de la Tradición, que además es la garantía de la unidad necesaria de la familia de la Tradición. 

Esta carta del cardenal Müller no es ninguna sorpresa para aquellos que han seguido de cerca las complicadas relaciones entre la Fraternidad y Roma. Desde el 8 de octubre del 2016, durante una conferencia dada en Port-Marly, Francia, Monseñor Fellay hizo hincapié en la contradicción entre los comentarios hechos por el cardenal Müller y los de Monseñor Pozzo:

De pronto nos dicen que el contenido del Concilio no es dogmático, en otras palabras, que ninguna de las Declaraciones es necesaria para ser católicos, según Monseñor Pozzo. ¿Qué signifca esto? 'No están obligados a estar de acuerdo para ser católicos.'... De hecho, Monseñor Pozzo dio varias entrevistas al respecto. Hice mención de la del mes de abril (La Croix, abril, 7, 2016), luego vinieron las entrevistas de julio (Zenit, julio, 4, 2016 y Christ und Welt, julio, 28, 2016). Entre estas dos fechas, en junio, su superior, el cardenal Müller, dijo lo contrario (Herder Korrespondenz, junio, 2016)... El cardenal Müller insistió en el tema, diciendo: '¡No, la Fraternidad debe aceptar el Concilio!' Incluso habló sobre la adhesión sin restricciones al ecumenismo. Pero no sólo eso... habla sobre la liturgia, sobre la libertad religiosa. Y luego, en julio, su subordinado repite lo contrario. ¡Qué confusión! ¿A quién debemos creer? 

Según estas últimas declaraciones citadas, Mons. Fellay, confundido, no sabe a quién creer. ¿Por qué no prueba de creer a Mons. Lefebvre, que dijo que para permanecer católicos había que permanecer separados de la iglesia conciliar?

jueves, 27 de julio de 2017

A CUARENTA AÑOS DE LA VISITA DE MONSEÑOR LEFEBVRE A AMÉRICA DEL SUR




NOTA SYLLABUS: Reproducimos este artículo aparecido en el sitio oficial de la FSSPX de Sudamérica, no con un afán nostálgico, sino como homenaje y gratitud a Mons. Lefebvre y todos aquellos que junto a él nos trajeron a estas tierras la Tradición católica que tras el nefasto Vaticano II agonizaba o permanecía recluida. Su obra inmensa no debe dejar de ser vista sino como un combate que hoy continúa y recomienza cada día. Desgraciadamente, la congregación que él fundó ya no lo entiende así, por eso busca lograr una paz con los liberales y modernistas (los más perniciosísimos enemigos de la Religión católica, como dijo San Pío X) que ocupan la Iglesia oficial. Los autores del artículo podrían haber obtenido más información de primera mano, simplemente comunicándose con quien fue por entonces el hombre de confianza de Mons. Lefebvre, que lo acompañó en su viaje y a quien destinó a continuar su obra en estas tierras. Pero la congregación por la que tanto hizo le pagó con la misma moneda con que la iglesia conciliar le pagó a Mons. Lefebvre: el desprecio, el rechazo, la calumnia, el desdén. Así como Mons. Lefebvre denunció las desviaciones liberales y traidoras de la cúpula de la Iglesia, del mismo modo hizo el entonces Padre Faure, siguiendo el ejemplo de su maestro. Dice el Padre Castellani: “La injusticia introduce en el seno de las sociedades una herida real que es una realidad moral operante mientras no se cicatrice”. Las injusticias introducidas en la FSSPX no pueden ser tapadas con “homenajes” –por muy justos que sean- a Mons. Lefebvre. Para dar nuestro propio homenaje, y corregir en la medida de lo posible, las injusticias que se han cometido, estableciendo la verdad, brindamos este recuerdo de la visita de Mons. Lefebvre a nuestro país y a Chile.  

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miércoles, 26 de julio de 2017

FRANCISCO PRETENDERÍA USAR A LA FSSPX COMO UNA JAULA PARA LA MISA TRIDENTINA



RUMORES EN EL VATICANO: EL PAPA FRANCISCO PRETENDE PONER FIN A LA MISA EN LATÍN

ROMA, 26 de Julio de 2017 (LifeSiteNews): Fuentes dentro del Vaticano sugieren que el Papa Francisco quiere terminar con el permiso universal para que los sacerdotes celebren la Misa Tradicional en Latín del Papa Benedicto, conocido también como la “Forma Extraordinaria de la Misa”. Mientras que la línea de acción estaría en sintonía con el expresamente repetido desdén del Papa Francisco por la Misa Tradicional especialmente entre los jóvenes, no ha habido una discusión abierta de esto hasta la fecha.
Fuentes en Roma dijeron a LifeSite la semana pasada que los prelados liberales dentro de la Congregación para la Doctrina de la Fe, casualmente fueron escuchados discutiendo un plan atribuido al Papa para abolir el famoso documento del Papa Benedicto que da a los sacerdotes la libertad de ofrecer el antiguo rito de la Misa.
Los católicos tradicionalistas acaban de celebrar el décimo aniversario del documento, Summorum Pontificum. El Papa Benedicto lo expidió en 2007, dando a todos los sacerdotes del Rito Latino el permiso para ofrecer la Misa Tradicional sin buscar el permiso de sus obispos, deshaciendo la restricción impuesta a los sacerdotes después del concilio Vaticano II.
El motu proprio indignó a los obispos liberales, ya que les quitó el poder de prohibir la Misa Tradicional, como muchos lo hicieron. Anteriormente los sacerdotes necesitaban el permiso de su obispo para ofrecer esta Misa.
Adicionalmente, Summorum Pontificum declaró que donde quiera que un grupo de fieles pidiera la Misa Tradicional, los párrocos debían aceptar de buen grado su solicitud. Los planes que se escucharon son casi idénticos a los comentarios de un importante liturgista italiano en una entrevista publicada por La Croix a principios de este mes. Andrea Grillo, un profesor laico en el Pontificio Ateneo de San Anselmo en Roma, calificado por La Croix como “cercano al Papa”, está íntimamente familiarizado con Summorum Pontificum. De hecho Grillo publicó un libro contra Summorum Pontificum incluso antes de que el documento papal fuera publicado.
Grillo le dijo a La Croix que Francisco está considerando abolir Summorum Pontificum. De acuerdo a Grillo, una vez que el Vaticano erija la Fraternidad San Pío X como Prelatura Personal, el Rito Romano será preservado solamente dentro de esta estructura. “Pero [Francisco] no lo hará mientras Benedicto XVI viva”.
El plan, como fue relatado a LifeSite, implica hacer un acuerdo con la FSSPX y, con el acuerdo establecido, recluir a los católicos que quieran la Misa Tradicional a la FSSPX. Para la mayoría, esto les quitaría el acceso a la Misa Tradicional pues no habría suficientes sacerdotes de la FSSPX para dar servicio a los católicos que quieren la Misa Tradicional en todo el mundo.
Más aún, la fuente de LifeSite sugirió que el plan podría explicar la carta del 20 de mayo de 2017 por el recientemente despedido Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Cardenal Gerhard Müller. A pesar de que el cardenal Müller quería que la FSSPX se reconciliara completamente para ayudar a combatir a los modernistas en la Iglesia, la carta del 20 de mayo parecía hundir el acuerdo entre el Papa Francisco y la FSSPX, que los vería obtener una prelatura personal. La carta incluye disposiciones que desde hace mucho tiempo se saben completamente inaceptables para la FSSPX, anulando así el entendimiento que el líder de la FSSPX Mons. Bernard Fellay creyó inminente.
La fuente de LifeSite sugirió que la carta de Müller del 20 de mayo tal vez fue escrita porque él supo lo que Francisco tramaba y quiso impedir el plan de enterrar el Summorum Pontificum con el Papa Benedicto. “Está dirigida no tanto contra Fellay sino contra el acuerdo”, dijo la fuente. “Al Papa Francisco enojó mucho que el documento viniera del Cardenal Müller, y algunos dicen que por eso tomó la decisión de despedirlo”. 
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Nota: énfasis en negrita añadido por NP.

ACUERDO CHINA-VATICANO: EL MANIFIESTO COMUNISTA DEL PAPA FRANCISCO


Imparable demolición bergogliana: paz sin Cristo, unidad a costa de la Verdad.


FUENTE

Un futuro acuerdo entre el Vaticano y China se perfila en el horizonte. El cardenal emérito de Hong Kong, Joseph Zen, ha declarado en varias ocasiones su oposición hacia lo que él considera una entrega con pies y manos atadas de la Iglesia católica al gobierno comunista chino.
Sus advertencias desgraciadamente no han tenido incidencia en la Realpolitik redefinida por el papa Francisco: cada vez se hace más hincapié en acuerdo entre las dos partes en los medios romanos en el corazón de Santa Martha. Animado por la ideología del diálogo, medio para lograr un consenso resultado de voluntades que suponemos no coaccionadas, consenso que puede resultar necesario en política pero que es más que funesto en religión, pues esto implica abandonar las posiciones dogmáticas para complacer al otro, Jorge Mario Bergoglio, desde que está en el trono petrino, quiere unirse a todo el mundo, incluyendo rojos marxistas perseguidores de cristianos. Está dispuesto a muchas concesiones para llegar a “la armonía de toda la sociedad” china, incluso a costa de obligar a la Iglesia católica a aceptar los dogmas chino-comunistas.
Un elocuente artículo del P. Joseph You Guo Jiang, miembro de la comunidad jesuita china, aparecido recientemente en La Civilitá Cattolica del P. Antonio Spadaro, demuestra que este acercamiento entre la Roma bergogliana y la China marxista avanza a grandes pasos suscribiendo el abandono oficial de la estructura de la Iglesia católica en manos del Partido comunista chino. Revista de jesuitas, La Civilitá Cattolica es la única publicación que es leída por la Secretaría de Estado de la Santa Sede para obtener la aprobación antes de ser impresa. Esto dice hasta qué punto ésta es la voz de su amo en el Vaticano. El “manifiesto” del P. Jiang, publicado con el sello vaticano, reconoce sin vacilar el papel exclusivo, en China, de la ideología y del partido comunista chino con los cuales la Iglesia debe concordar, que bien podría ser percibido como una “profesión de fe” comunista de Francisco.
En el sitio web italiano Gliocchi della guerra, el periodista Roberto Vivaldelli hace una crítica pertinente de este editorial del P. Joseph You Guo Jiang, del cual he aquí su traducción integral:
“El papa Francisco prepara el giro decisivo respecto a la República Popular de China en nombre de una nueva distención, escribe Roberto Vivaldelli. El Vaticano se abre históricamente a Pekín u al Partido Comunista Chino. “En la época de la globalización, la sociedad y los chinos se han vuelto más abiertos y tolerantes hacia la Iglesia católica, observa el P. Joseph You Guo Jiang. En ciertas regiones, la vida y la práctica religiosa han crecido. El gobierno y la sociedad china aprecian el papel y la función de los grupos religiosos y su importante contribución hacia los servicios sociales”.
La Iglesia católica podría abrirse y tratar con el gobierno: “Pues la China tiene características que la distinguen del resto del mundo, subraya el P. Jiang, la Iglesia católica china debe aprender a vivir con la cultura local y tratar con la autoridad política. En otros términos, siempre manteniendo su propia identidad, la Iglesia es llamada a desarrollar una Iglesia católica china con rasgos chinos. Para esto la Iglesia debería adoptar nuevas estrategias para tocar un mayor número de personas, para dialogar y comunicar en una sociedad cada vez más secularizada”.
Según el vaticanista Piero Schiavazzi, en un artículo aparecido en Huffpost, “de cualquier manera que lo veamos, se trata de un giro. Si Ratzinger, con su carta del 2007 a los católicos chinos, abrió las puertas a la colaboración con el gobierno, el manifiesto de Civiltà Cattolica las abre a la colaboración con el partido. El reconocimiento del papel de guía del Politburó por parte de la Sede Apostólica representa un red carpet cromático y diplomático, sobre el cual Pekín, de manera inopinada, avanza con las cadencias policíacas pero que el Pontífice se obstina sin embargo a extender, con un estridente montaje geopolítico de “poner la otra mejilla”.
El sensacional giro en las relaciones diplomáticas con el Partido Comunista es invocado por el mismo P. Joseph You Guo Jiang. Lo que no significa abrazar la ideología sino reconocer la autoridad: “Tanto que el Partido Comunista chino continúe siendo el único partido de gobierno, el marxismo continuará siendo la referencia ideológica de la sociedad –subraya él. Por lo tanto la Iglesia católica china es llamada a redefinir su papel y sus relaciones con el Partido Comunista y con su ideología. Esto no significa estar de acuerdo con la política y con los valores del partido, sino más bien que la Iglesia debe encontrar soluciones flexibles y eficaces para continuar su misión y su ministerio en China”. Una apertura impensable hace apenas pocos años.
Oficialmente, la Santa Sede mantiene relaciones oficiales con alrededor de 180 países en el mundo. Su red diplomática se agrandó notablemente bajo el pontificado de Juan Pablo II, pasando de 84 a 174 países al final de su reinado. El Vaticano ha establecido relaciones oficiales también con Taiwan, mientras que no hay relaciones con China, Arabia Saudita, Vietnam, Afganistán y Corea del Norte. El papa Francisco ¿está dispuesto al giro diplomático?” concluye Roberto Vivaldelli.
Si giro diplomático debe haber para la Santa Sede respecto a China comunista, y si comprendemos el mensaje del P. jesuita Joseph You Guo Jiang con el imprimatur del Vaticano, esto iría de la mano con un giro ideológico respecto al Partido Comunista chino, reconocido así como un interlocutor válido de esta famosa armonización social deseada por el papa reinante. Claramente esto llevará a una dependencia, con la bendición del papa Francisco, de la Iglesia católica y de los fieles hacia el Partido Comunista y su ideología… Con el fin de que “una vez instaurado este diálogo, escribe el P. Jiang, la Iglesia católica y la sociedad china ya no se enfrenten”.
Este diálogo de hecho no es más que un diálogo de traidores y de falsos hermanos pues firma el rechazo y abandono por el Vaticano actual de la Iglesia clandestina china y de sus mártires que han resistido y resisten todavía a la aplanadora marxista de la República popular de China.
Se comprende todavía más la oposición firme del cardenal Joseph Zen, quien conoció la persecución comunista a causa de su compromiso contra el régimen maoísta chino, a todo acuerdo entre el Vaticano y la China marxista, ¡ralliement visto como una traición a Cristo! Y nos asociamos a su grito de dolor lanzado al papa Francisco: “Ahora moriremos por mano de nuestro Padre”.
Francesca de Villasmundo

lunes, 24 de julio de 2017

LAS FLORECILLAS DE BERNARDO





Francisco, que no se arrodilla ante el Santísimo Sacramento, y sí ante los negadores de Cristo; que aplasta la Tradición de la Iglesia; que dice que no hay un Dios católico; que introduce la estatua de Lutero y le rinde homenaje en el Vaticano; que difunde videos de “oración” donde ni siquiera menciona a N.S. Jesucristo; que abraza la hoz y el martillo; que compara el terrorismo musulmán con el “terrorismo católico”; que promueve a sodomitas; que no le importa quién eduque a un niño, si un católico, protestante, judío o musulmán; que dice que sólo quiere seguir el camino del Vaticano II; que impulsa el mundialismo de la ONU; que persigue y desprecia a los tradicionalistas; que promueve el indiferentismo religioso; que baila con judíos; etcétera…



…es para Mons. Fellay (Neo-FSSPX):



“…un Santo Padre comprensivo y bondadoso”.
(Entrevista a revista “Vida Nueva”)

Un Papa que “tiene una preocupación por las almas, pero en particular las almas que son rechazadas. Las almas aisladas, las que son hechas a un lado, o despreciadas o que se encuentran en dificultad. Lo que él llama “las periferias existenciales”. ¿Se trata verdaderamente de la famosa oveja perdida? ¿Es que el papa Francisco deja de lado a las otras 99 y va a ocuparse de esa oveja perdida? Creo que eso es lo que él tiene en la cabeza. Digo, tal vez. No se puede dar una respuesta global. (En) todo lo que él ha dicho, vemos que tiene esa preocupación, una preocupación universal: los migrantes, los que están en prisión, que efectivamente son hombres abandonados por los otros. Es una gente que está en el dolor. Luego están los divorciados, gente que también está en aflicción. Luego estamos nosotros que también somos rechazados. Y finalmente estamos todos en la misma perspectiva. Y entonces él se va a ocupar de esas almas”.
(Entrevista a Radio Courtousie)

Un Papa que “… es muy humano, le da mucha importancia a este tipo de consideraciones, y esto puede o podría explicar una cierta benevolencia de su parte. (…) está claro que el Papa Francisco desea dejarnos vivir y sobrevivir. Incluso ha dicho a todo el que desea escucharlo que nunca dañaría a la Fraternidad”.
(Entrevista a DICI)

Alguien que “Nos conoce de cerca. Y la manera que se comporta hacia nosotros nos hace pensar que es simpatía. Parece contradictorio, no puedo explicar más que eso. Realmente yo esperaba una condenación pero es lo contrario que está sucediendo. (…) Entonces, es difícil expresar esto, pero hay un vínculo cercano con el papa, ustedes no pueden imaginar el acceso que tenemos, el fácil acceso que tenemos con el papa. No lo usamos, a veces lo hacemos por estas cuestiones administrativas, pero tenemos acceso directo al papa”. 
(Conferencia Ángelus Press)

domingo, 23 de julio de 2017

MONS. SCHNEIDER HABLA SOBRE EL VATICANO II Y LA FSSPX



Entre liberales se apoyan. El sitio "Adelante la Fe" -que es liberal moderado- publica hoy un texto blandengue de Mons. Schneider -uno de los Obispos liberales más moderados del mundo- acerca del concilio Vaticano II y la FSSPX. Su pensamiento coincide en gran medida con las ideas que Mons. Fellay ha manifestado en distintas ocasiones, en los últimos años, acerca del fatídico concilio, el mayor y más eficaz engaño, la trampa más mortífera, y el peor desastre de la historia humana después del pecado original y del deicidio. 

¿Acaso juzgamos con excesiva severidad a Mons. Schneider y a "adelante la Fe"? Dejemos responder a Mons. Lefebvre: Quizá alguien me diga: “¡Usted exagera! Cada vez hay más obispos buenos que rezan, que tienen fe, que son edificantes... [como Mons. Schneider o los cuatro cardenales de las bubia]”. Aunque fuesen santos, desde el momento en que aceptan la falsa libertad religiosa, y por consiguiente el Estado laico, el falso ecumenismo (y con ello la existencia de varias vías de salvación), la reforma litúrgica (y con ello la negación práctica del sacrificio de la Misa), los nuevos catecismos con todos sus errores y herejías; contribuyen oficialmente a la revolución en la Iglesia y a su destrucción ("Itinerario Espiritual", Prólogo). 

Algunas citas notables del artículo de Mons. Schneider:

Por lo que respecta a nuestra actitud con relación al Concilio Vaticano Segundo, hay que evitar dos extremos: rechazarlo totalmente, como hacen los sedevacantistas y un sector de la FSSPX, o atribuir un carácter infalible a todo lo que dijo el Concilio.

... un sector numeroso de la nomenclatura teológica y administrativa de la Iglesia lleva medio siglo promoviendo cuestiones doctrinales, pastorales y litúrgicas ambiguas, distorsionando con ello la intención original del Concilio o abusando de afirmaciones doctrinales ambiguas o poco claras con miras a crear una iglesia diferente, de tipo relativista o protestante. Hoy en día asistimos a la culminación de este proceso.

Hay que ver y aceptar el Concilio Vaticano II como tenía por objeto ser y como lo que fue en realidad: un concilio ante todo pastoral. Es decir, que la intención de dicho concilio no era proponer nuevas doctrinas ni hacerlo de forma definitiva. La mayor parte de sus afirmaciones confirmaban la doctrina tradicional y perenne de la Iglesia.

Una FSSPX canónica y plenamente integrada en la vida de la Iglesia podría hacer un aporte muy valioso a dicho debate, como deseaba también el arzobispo Marcel Lefebvre. La presencia canónica plena de la FSSPX en la vida de la Iglesia actual contribuiría también a suscitar un clima general de debate constructivo a fin de que lo que siempre creyeron todos los católicos en todas partes durante dos mil años se crea de un modo más claro y seguro también en nuestros tiempos, realizando así la verdadera intención pastoral de los padres del Concilio Vaticano Segundo.

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sábado, 22 de julio de 2017

COMENTARIO ELEISON Número DXXIII (523) - 22 de julio de 2017

Error de Menzingen – III
Hermosos principios no son suficientes –
Su aplicación tal vez se hará difícilmente.
Otro sacerdote de la Fraternidad San Pio X (Padre RP, por Relaciones Públicas) ha descendido a la arena para defender la búsqueda, por parte de sus Superiores, del reconocimiento oficial de la Fraternidad por Roma. La defensa del P. RP también está bien presentada, pero igualmente sufre de la misma falta esencial como la sufre la búsqueda del reconocimiento que él defiende – la falta de realismo. El principio es una cosa, la práctica es otra, incluso si está gobernada por principios. Ser un maestro de principios no es ser un maestro de la práctica y viceversa. Es digno de atención cómo la defensa del P. RP de la búsqueda de reconocimiento por sus Superiores empieza diciendo que en esta defensa él, P. RP, sólo está interesado en los principios: en primer lugar, si en principio se puede aceptar el reconocimiento de un modernista y, en segundo lugar, hasta qué punto uno puede en principio colaborar con un modernista.
Para probar que uno puede aceptar el reconocimiento de un Papa modernista, argumenta que Mons. Lefebvre la buscó de Paulo VI hasta la muerte de éste último en 1978, y en 1988 sólo rechazó la colaboración con Juan Pablo II en la práctica, pero no en principio. Tampoco el Capítulo General de la Fraternidad del 2012 le exigió a Benedicto XVI una profesión de Fe Católica, hacer lo cual en cualquier momento, revelaría un espíritu cismático.
Pero, uno responde, el choque entre el Arzobispo y Paulo VI desde 1974 en adelante es bien conocido, y detrás del rechazo del Arzobispo del Protocolo de 1988 estaban los principios de su Fe. 2012 fue exactamente el momento cuando la Fraternidad abandonó al Arzobispo al abandonar su posición sobre la Fe en principio, y en cuanto al espíritu cismático, ¿quién estaba realmente en cisma? –¿el Arzobispo o los modernistas?
En cuanto al Papa Francisco, el P. RP argumenta que él es el Papa; que la Iglesia no es lo que él, sino Nuestro Señor, hizo; que la colaboración con él es solamente como Papa Católico. Pero, uno responde, en la vida real, como la podredumbre de una manzana es y no es manzana, así la Iglesia Conciliar es y no es la Iglesia. En la vida real, la Fraternidad no está tratando solamente con la Iglesia Católica o un Papa Católico, sino directamente con la podredumbre Conciliar.
Así, cuando el P. RP, examinando en segundo lugar hasta qué punto uno puede colaborar con un modernista y responde que se puede hacer en la medida que sea por el bien de la Iglesia, él constantemente se abstrae de la realidad actual. Por consiguiente:—
* La Iglesia es indefectible –
Desde luego, pero los eclesiásticos Conciliares no dejan de defeccionar.
* La Fraternidad está sirviendo a la Iglesia, no a sus eclesiásticos –
Desde luego, pero tiene que pasar a través de falsos eclesiásticos.
* Una prelatura católica no podría rechazarse –
Desde luego, pero no si es manejada por falsos eclesiásticos.
* El Papa sólo necesita acatar sus términos 
Desde luego, pero ¿qué protege un pedazo de papel de estos dirigentes?
* La autoridad del Papa viene de Dios 
Desde luego, pero no para destruir la Iglesia (II Cor. XIII, 10).
* La Fraternidad acertó al aceptar la jurisdicción para las confesiones y matrimonios 
P. RP, ¿está usted tan seguro? ¿Y si eso fue sólo el queso de una ratonera?
* La cuestión práctica como en esta última pregunta sobre nuestra situación actual “no está en el poder de este artículo juzgar”, contesta el P. RP, pero la sola posibilidad de que pueda no ser una trampa le prueba que el aceptar o no el reconocimiento canónico de Roma “no debe ser juzgada sólo sobre la base de unidad en la fe con el Papa”. Y así concluye que el reconocimiento canónico debe ser aceptado si es por el bien de la Iglesia y rechazado si no lo es, independientemente de la fe del Papa”.
Pero Padre, pregúntese – esta “fe” del papa, siendo lo que es, ¿con el reconocimiento canónico pondría o no a la Fraternidad bajo Superiores de la Iglesia oficial, es decir, modernistas? ¿Sí o no? En la vida real, ¿usted realmente piensa que este papa concedería una prelatura que no pusiera a la Fraternidad bajo el control de Roma? En otras palabras, ¿bajo el control de gente que ya no cree en la verdad objetiva? Hay mucha belleza en los principios católicos, pero tienen que ser aplicados en un mundo real, frecuentemente demasiado real.

Kyrie eleison.