martes, 30 de abril de 2013

CARTA DEL PAPA BENEDICTO XVI A MONSEÑOR FELLAY EL 30 DE JUNIO DE 2012.-



Introducción:

La Sapinière publicará diversos textos del último Cor Unum n° 104 de marzo de 2013. Se trata del famoso Cor Unum que fue anunciado en la carta circular de Menzingen de fecha 7 de marzo de 2013, la cual contiene como estaba previsto “la Declaración Doctrinal” de Monseñor Fellay del 15 de abril de 2012, así como diversos anexos y “la palabra del Superior General”.

El Cor Unum es “el lazo interno de los miembros de la FSSPX. Por su naturaleza, Cor Unum es una revista destinada exclusivamente a los miembros. Como consecuencia, está prohibido comunicarla o permitir su lectura a personas no miembros de la Fraternidad”.

Nuestros lectores comprenderán que solamente el peligro de un acuerdo o la deriva liberal de la Fraternidad nos autoriza a pasar por alto esta prohibición.

Para comenzar, he aquí los correos intercambiados entre Monseñor Fellay y el Papa Benedicto XVI en junio de 2012, luego del rechazo de Benedicto XVI de la Declaración doctrinal de Monseñor Fellay del 15 de abril de 2012.
Estos textos son muy reveladores, sobre todo la carta que presentamos a continuación, de Monseñor Fellay.

Un comentario de esta carta terrible, muy reveladora, está en preparación y será publicada muy pronto por La Sapinière.




A Monseñor Bernard FELLAY

Superior general de la Fraternidad Sacerdotal San Pio X

               En la carta del 17 de junio de 2012, usted me dio parte que usted no podrá firmar la Declaración Doctrinal que le entregó su Eminencia el cardenal Levada durante su encuentro del 13 de junio de 2012. Permítame darle parte a mi vez de la decepción que suscita en mí tal noticia. Además, un documento interno de la Fraternidad Sacerdotal San Pio X, difundido en los medios el 26 de junio de 2012, deja entender que yo hubiera quedado satisfecho con Declaración doctrinal propuesta por la Fraternidad el pasado abril, pero que las modificaciones aportadas a este texto lo habrían hecho “claramente inaceptable” para usted.

          La Declaración doctrinal en cuestión, preparada por la Congregación para la Doctrina de Fe, así como por la Comisión Pontifical Ecclesia Dei y aprobada explícitamente por mí antes de entregarla a usted, integra los elementos juzgados indispensables para estar en condiciones de pronunciar la Profesión de fe  y el Juramento de fidelidad para asumir un cargo ejercitado a nombre de la Iglesia, garantes de la plena comunión eclesial. Estos elementos son esencialmente la aceptación:

  • Del Magisterio como intérprete auténtico de la Tradición apostólica;
  • Del concilio Vaticano II como parte integrante de la dicha Tradición, quedando a salvo la posibilidad de una discusión legítima sobre la formulación de puntos particulares de los documentos conciliares;
  • De la validez y licitud del Novus Ordo Missae.
           En el momento en que se abra el Capítulo general de vuestra Fraternidad, no puedo sino alentar a esta asamblea a aceptar estos punto como necesarios para una reconciliación en el seno de la comunión de la Iglesia una, santa, católica y apostólica.

               Elevando mis plegarias a Dios en este sentido, le suplico aceptar, Monseñor, la seguridad de mis sentimientos respetuosos y devotos.

Vaticano, el 30 junio de 2012

Benedicto XVI.

CARTA DE MONSEÑOR FELLAY AL PAPA BENEDICTO XVI EL 17 DE JUNIO DE 2012.- LA SAPINIÈRE.




Introducción:

La Sapinière publicará diversos textos del último Cor Unum n° 104 de marzo de 2013. Se trata del famoso Cor Unum que fue anunciado en la carta circular de Menzingen de fecha 7 de marzo de 2013, la cual contiene como estaba previsto “la Declaración Doctrinal” de Monseñor Fellay del 15 de abril de 2012, así como diversos anexos y “la palabra del Superior General”.

El Cor Unum es “el lazo interno de los miembros de la FSSPX. Por su naturaleza, Cor Unum es una revista destinada exclusivamente a los miembros. Como consecuencia, está prohibido comunicarla o permitir su lectura a personas no miembros de la Fraternidad”.

Nuestros lectores comprenderán que solamente el peligro de un acuerdo o la deriva liberal de la Fraternidad nos autoriza a pasar por alto esta prohibición.

Para comenzar, he aquí los correos intercambiados entre Monseñor Fellay y el Papa Benedicto XVI en junio de 2012, luego del rechazo de Benedicto XVI de la Declaración doctrinal de Monseñor Fellay del 15 de abril de 2012.
Estos textos son muy reveladores, sobre todo la carta que presentamos a continuación, de Monseñor Fellay.

Un comentario de esta carta terrible, muy reveladora, está en preparación y será publicada muy pronto por La Sapinière.


CARTA DE MONSEÑOR FELLAY AL PAPA BENEDICTO XVI EL 17 DE JUNIO DE 2012.-
FRATERNIDAD SACERDOTAL
SAN PIO X

A Su Santidad el Papa Benedicto XVI.

Santísimo Padre,

           Usted me ve confundido, en el momento en que le tocan rudas pruebas y respecto de las cuales le aseguro mis pobres oraciones, de presentarle un problema suplementario más que consolaciones.

En efecto, el miércoles 13 de junio por la tarde, el Cardenal Levada me entregó, durante un encuentro que fue cordial, una declaración doctrinal que yo no podré firmar. No tomando en cuenta la súplica de no retocar la proposición que yo había entregado, a causa de las consecuencias que esto acarrearía, el nuevo texto retoma casi todos los puntos del Preámbulo de septiembre de 2011 que planteaba dificultades y que me vi forzado a descartar.

       Desgraciadamente, en el contexto actual de la Fraternidad, la nueva declaración no pasará.

      Reconozco no saber que pensar. Creí comprender que usted estaba dispuesto a dar largas la resolución de los desacuerdos todavía en curso sobre cierto puntos del Concilio y de la reforma litúrgica, un poco como en el Concilio de Florencia se pasó por alto la cuestión del divorcio por causa de adulterio con los griegos para llegar a pesar de todo a la unión, y yo me comprometí en esta perspectiva a pesar de la oposición bastante fuerte en las filas de la Fraternidad y al precio de trastornos importantes. Y tengo toda la intención de continuar haciendo todos mis esfuerzos para proseguir por este camino con el fin de llegar a las clarificaciones necesarias.

     Ahora parece que me equivoqué y que verdaderamente se pide la aceptación total de los puntos litigiosos antes de ir más adelante… Si alguna de mis recientes declaraciones añaden una nueva dificultad, lo lamento, pero fue también por razón de claridad.

        Además, vista la oposición masiva que se prepara en ciertos medios de la Iglesia que piensan volver imposible la actividad de la nueva prelatura, vista la presión incluso de ciertos Estados, me pregunto cómo el proyecto podrá ser realizado en estas circunstancias.

      Me parece que solamente usted puede todavía cambiar el curso de los acontecimientos que se perfilan. Evidentemente no se trata por mi parte de ejercer cualquier presión, sino simplemente de exponerle los hechos y de saber si me equivoco en cuanto a sus intenciones sobre nuestra situación. Si usted lo considera oportuno, en este momento tan delicado, me atrevo a pedir de vuestra bondad una audiencia (lo más discreta posible) a fin de escuchar de vuestra boca vuestra apreciación respecto de nosotros. 

               Dígnese Vuestra Santidad en creer en mi devoción filial y en mi deseo más caro de servir a la santa Iglesia.

Menzingen, domingo 17 de junio de 2012

+Bernard Fellay

lunes, 29 de abril de 2013

AVE FÉNIX


SYLLABUS





Encontré a un amigo muy contento. No es para menos. Acaba de ser confirmado en su tranquilidad y puede decirse a sí mismo: “Ya lo sabía, estoy del lado correcto”.

Mi amigo acaba de leer el último editorial del Padre Bouchacourt, titulado "¿UNA NUEVA ERA?".

Ni bien me ve me dice con aire satisfecho: “¿Qué van a decir ahora los que siempre critican? ¿Qué van a decir los ultras, los extremistas, los que se fueron por derecha? Nada ha cambiado en la Fraternidad y esto lo confirma. No hay nada para decir. El Padre Bouchacourt ha hablado claro, muy claro”.

Bueno –le dije, sin esperar a que recabara mi opinión y tal vez para no dejar que su discurso se agotara es vanas repeticiones-. Este Editorial está muy bien, cómo no. Pero…

-¿Pero qué? –preguntó un tanto impacientado.

-Me pregunto qué pasó con el cisne.

-¿Qué cisne?

-Ese que según el Padre Bouchacourt, en el Editorial anterior, cantaba melodiosamente porque era su último canto. O sea, según su diagnóstico, ese cisne que era el Vaticano II, tras cumplir 50 años, se estaba acabando, se estaba muriendo, tras lo cual llegaría el momento en que Roma volvería a la Tradición. La hora de la muerte para el Vaticano II había llegado. Ahora, tan sólo un Editorial después, el Padre Bouchacourt afirma que el papa Francisco no habla del Vaticano II simplemente porque ¡lo vive! Es decir, lo lleva a la práctica más aún que su predecesor. Amigo, no quiero enturbiar tu alegría, pero dime por favor, si el cisne se estaba muriendo, ¿cómo es que ahora rebosa salud? ¿Cómo está vivito y volando? ¿Puedes explicarme eso? ¿Se trata acaso del “ave fénix” que ha renacido de sus cenizas?

-Bah, eso no tiene importancia, son sólo metáforas, imágenes que se usan para escribir una nota periodística. Lo importante es que se critica a Francisco como se debe…

-Es cierto…

-Hasta lo llama “un populista militante”, palabras bastantes duras.

-¿Populista? ¿Qué quiere decir con eso?

-Y…supongo que alguien que siempre busca apoyarse en el pueblo, en las mayorías, que apela a ellas como fuente de poder. Podría decirse, alguien que quiere complacer a la gente antes que a Dios.

-Ajá. ¿Es alguien que podría por ejemplo decir: “vamos a hacer lo que la mayoría piensa”, aunque esa mayoría se equivoque, como dijo Monseñor de Galarreta? ¿O decir algo sólo para agradar a la opinión pública, aunque no sea cierto, como que “después de las discusiones, nos hemos dado cuenta que los errores que creíamos provenientes del Concilio de hecho son resultado de la interpretación común que se ha hecho de él”, como dijo Monseñor Fellay a la televisión?

-¿Pero eso qué tiene que ver? No tiene nada que ver con esto. El tema ahora es este Editorial.

-¿Ah, nada qué ver? Es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que en el propio, evidentemente.

-Igualmente la crítica la hace y eso es bueno.

-Cierto, pero…

-¿Pero qué?

-En este Editorial el P. Bouchacourt dice de Francisco: “¿No hay ahí una contradicción? Tal contradicción es, por desgracia, lo propio del modernismo que denunciaba San Pío X”. Pero ¿acaso puede denunciar la contradicción de otro quien se contradice a sí mismo? Primero dijeron que no iba a haber acuerdo práctico con Roma sin acuerdo doctrinal. Luego, que no hacía falta estar de acuerdo en todo doctrinalmente porque no se podía esperar una conversión de los modernistas, y por eso había que aceptar un acuerdo práctico de Roma. A veces se condenaba el Vaticano II, y a veces se decía de él que no había que exagerar su crítica o que el problema era acerca de su interpretación o que se lo aceptaba en un 95%. Al principio del pontificado de Benedicto dijo Monseñor Fellay que éste era hegeliano y más tarde que quería restaurar la Iglesia. Monseñor Fellay dijo que a partir del 2006 las cosas habían cambiado en favor de la Fraternidad en Roma –y no sólo por el papa sino porque allí había muchos amigos de la Fraternidad-, ahora el padre Bouchacourt no parece acordarse de esos amigos restauracionistas dentro del Vaticano. ¿Cómo es la cosa? Dijo Monseñor Fellay: “Está claro que nosotros no firmaremos un acuerdo si las cosas no son resueltas al nivel de los principios (…) No podemos permitirnos ambigüedades… (el acuerdo) sería construido en zonas grises, y que apenas firmado, la crisis resurgiría en estas zonas grises. Entonces para resolver el problema es necesario que las autoridades romanas manifiesten y expresen de manera clara, de manera que todo el mundo comprenda, que para Roma no hay treinta y seis caminos para salir de la crisis, no hay más que uno solo que vale: que la Iglesia reencuentre plenamente su propia Tradición bimilenaria. El día que esta convicción sea clara en las autoridades romanas, e incluso si sobre el terreno todo está lejos de estar resuelto, los acuerdos serán más fáciles de realizar” (Mons. Fellay, en revista Fideliter 171, mayo junio 2006). Más tarde dijo: “Algunos argumentan que para trabajar “con seguridad” en la Iglesia, en primer lugar, ésta debe limpiarse de todo error. Esto es lo que se dice cuando se afirma que Roma debe convertirse antes de cualquier acuerdo, o que los errores deben ser primero removidos para que podamos trabajar. Pero esta no es la realidad” (Mons. Fellay entrevista a DICI, 7-6-2012). Y en su respuesta a los tres obispos: “Pretender esperar a que todo se arregle para llegar a lo que ustedes llaman un acuerdo práctico, no es realista”. Ahora bien, ¿todo eso no son contradicciones? ¿Así que ahora de repente nos ponemos otra vez duros contra Roma como si antes no hubiese pasado nada? ¿Cómo si no se hubiese provocado una división, y expulsiones y castigos a raíz de la oposición de algunos valientes sacerdotes y un valiente obispo a ponerse en manos de los modernistas de Roma? “No podemos permitirnos ambigüedades”, había dicho Monseñor Fellay, y luego envía a Roma una Declaración doctrinal que mantuvo en secreto porque tenía ambigüedades y contradecía lo que siempre se había dicho en la Fraternidad.
Ahora parece que el espíritu combativo de la Fraternidad, que estuvo durante mucho tiempo sumergido por los discursos moderados, conciliatorios y solícitos hacia los enemigos modernistas de Roma, ahora pareciera que ese espíritu heredero de Monseñor Lefebvre, renaciera como el “ave fénix”. Pero acá lo que demuestra este Editorial de “Iesus Christus” es que el Padre Bouchacourt baila la música que Monseñor Fellay le toque. Porque cuando Monseñor Fellay todavía no perdía las esperanzas de llegar a un acuerdo práctico con Roma, el Padre escribía el epitafio del modernismo, llegando a hablar del "canto del cisne". Ahora que Mons. Fellay, con la "Carta n° 80 a los Amigos y Benefactores", pretende hacernos creer que ha dado un giro de 180° a su estrategia respecto de Roma, volviendo -al menos en el papel, al menos en su discurso- al lenguaje "duro"; el Padre hace exactamente lo mismo.

Moraleja: no se puede confiar ni en uno ni en otro.



PADRE LORANS, FSSPX : NOSOTROS NO CRITICAMOS AL PAPA FRANCISCO : ESTAMOS DE ACUERDO CON ÉL.







El portavoz de la Fraternidad une las declaraciones de Monseñor Fellay en su última carta, con las del Santo Padre.

El portavoz de la FSSPX negó que su líder, Monseñor Fellay, estuviera criticando al Papa Francisco por su preocupación hacia los pobres en una carta reciente a sus seguidores.

« Es un análisis de la presente situación actual que enfrenta la Iglesia, no una crítica de la preocupación del Papa Francisco por los pobres” dijo el Padre Alain Lorans, portavoz del grupo tradicionalista, los cuales no poseen estatus canónico en la Iglesia.

Reuters reportó en un artículo del 19 de abril que Monseñor Fellay, superior general de la FSSPX, había “empezado a criticar… al Papa Francisco por el acercamiento popular que ha tomado desde su elección el mes pasado”.
Este artículo sugirió que Monseñor Fellay había “discrepado públicamente con el acercamiento hacia a los pobres del Papa Francisco, el cual él cree que se produce a expensas de llevar a las almas hacia su salvación y denunciar los pecados contra la fe y la moral”.

Reuters basó su reporte en una extrapolación de la carta a los amigos y benefactores del 14 de abril. En esa carta, Monseñor Fellay recalcó que la Iglesia siempre había tenido una “verdadera preocupación” por los “pobres, los más desfavorecidos, los relegados, los enfermos” Pero añadió que si se reduce “a la pura filantropía y al antropocentrismo, entonces la Iglesia ya no cumple su misión, no conduce las almas a Dios,lo cual no puede hacerse realmente más que a través de medios sobrenaturales, la fe, la esperanza, la caridad, la gracia”..

Imploró al Papa Francisco « no dejen que las almas se pierdan por no recibir más la sana doctrina”.

Y pregunta : ¿De qué sirve dedicarse a los hombres si se les oculta lo esencial, el fin y el sentido de sus vidas, y la gravedad del pecado que los aleja de aquello?” 

Monseñor Fellay suplicó que se denuncien los pecados contra la fe y la moral para evitar la condenación. “La razón de ser de la Iglesia es para salvarlos (a los pecadores) y para ayudarlos a evitar la desgracia de su perdición eterna”, dijo. “Evidentemente, esto no será del agrado del mundo”, dijo, además que la historia ha mostrado que “se volverá contra la Iglesia, frecuentemente con violencia”.

Pero en comentarios al Register el 22 de abril, el Padre Lorans disintió con el reporte de Reuters y en cambio sostuvo que los comentarios del líder de la FSSPX estaban en sintonía con la Iglesia. Sin embargo, los siguientes comentarios ilustran que la organización todavía tiene un largo camino por recorrer para alcanzar la comunión con la Iglesia.

« (Los comentarios de Monseñor Fellay) pueden ser comparados a un pasaje de la primera homilía del Papa (a los cardenales en la Capilla Sixtina, el 14 de marzo),” dijo y se refiere a estas palabras de Francisco: “Podemos caminar cuanto queramos, podemos construir tantas cosas, pero si no confesamos a Jesucristo, no vale. Nos convertiríamos en una ONG filantrópica, pero no seríamos la Iglesia, esposa del Señor”.

Luego el Padre Lorans citó las palabras de la carta Monseñor Fellay  y señaló su semejanza: “La caridad por los pobres, los más desfavorecidos, los relegados, los enfermos, siempre ha sido una verdadera preocupación de la Iglesia y no hay que prescindir de ello; pero si esto se reduce a la pura filantropía y al antropocentrismo, entonces la Iglesia ya no cumple su misión, no conduce las almas a Dios, lo cual no puede hacerse realmente más que a través de medios sobrenaturales, la fe, la esperanza, la caridad y la gracia”.

En su carta, Monseñor Fellay notó otras preocupaciones que empezaron antes del pontificado del Papa Francisco. Él resaltó cómo aquellos que se adhieren a la Tradición de la Iglesia son penalizados, mientras que aquellos que profesan doctrinas heterodoxas o realizan verdaderos sacrilegios en modo alguno son inquietados. Esa es la lógica del abuso de poder”.

Sin embargo, como lo ilustró el Santo Padre en su reafirmación de la “Valoración Doctrinal” de la Conferencia de Liderazgo de Mujeres Religiosas, el comentario de Monseñor Fellay parecería ser incorrecto.

Él dijo que cree que solamente el Sucesor de Pedro puede salvar a la Iglesia, y  aconsejó “que el Santo Padre se rodee de vigorosos defensores de la fe”.

 “Que los nombre en las diócesis importantes”, dijo. “Quiera a través de documentos importantes en proclamar la fe, perseguir el error, sin temer las contradicciones, sin temer los cismas, sin temer desafiar las disposiciones pastorales del Concilio (Vaticano II)”.

El último comentario acerca del Vaticano II parecería indicar que la FSSPX ha fijado su curso.

En la entrevista de junio 27 de 2012, Monseñor Agustín DiNoia, secretario de Ecclesia Dei, analizó la evaluación de la FSSPX respecto al Concilio Vaticano II:
« Decir que (los documentos del Vaticano II) no son obligatorios es un sofisma. El Concilio contiene franjas del magisterio ordinaria que es de fide divina”.
« No hay nada en el Concilio que sea contrario a la Tradición y… cada texto, cada parte de él que es controversial, debe ser leído en contexto con el Concilio y a la luz de la Tradición. Me parece que, a pesar de sus dificultades, ellos deberán hacerlo”.

Edward Pentin es el corresponsal en Roma del Register.

FRANCISCO CON EL RABINO SEFARDITA DE BUENOS AIRES


Interesante confesión de fe de un rabino


Reconoce que el Papa está ahora más cerca de Dios

SÁBADO, 27 DE ABRIL DE 2013

Es sabido que el Cardenal Bergoglio mantuvo una relación estrecha con el sector más liberal del judaísmo, a quienes llegó a prestarles su Catedral para sus fintas litúrgicas (ver AQUÍ).

Releyendo una crónica aparecida en el número 62 de la revista Gladius (pag: 181), que copia un artículo de John Allen Jr. del National Catholic Reporter, nos encontramos con la opinión del rabino  americano Joseph Ehrenkranz quien,  preocupado por lo que podría venir luego de la muerte de Juan Pablo II, dijo en 2004:

"No se va a hallar nadie con su sensibilidad. El temor es que todo lo que se ha hecho, sea deshecho." Reaccionando contra la hipótesis latinoamericana para la elección del próximo Papa, Ehrenkranz dijo que un latinoamericano significaría un Papa con menos experiencia e interés en dialogar con el judaísmo.
Una excepción, sin embargo, según Ehrenkranz, sería el cardenal Jorge Bergoglio, el cardenal jesuita de Buenos Aires.

Esta afirmación, según el artículo comentado, la basaba el rabino en que luego de los atentados habidos en Buenos Aires contra la embajada de Israel y la DAIA, Bergoglio tenía ya la experiencia necesaria.

De modo que su figura había transcendido las fronteras argentinas.

Hoy vemos en Rome Reports que el gran rabino de la Comunidad Sefaradí en la Argentina, Dr. Isaac Sacca, ha visitado al Sumo Pontífice en Roma.
Sacca, que no pertenece precisamente al sector liberal del judaísmo, mantenía también una amistad con el Cardenal Bergoglio en Buenos Aires.

Lo interesante del caso es que, una vez frente al Papa, el rabino Sacca le dijo: "Es una bendición para mí estar con Ud." y más adelante "Tiene que rezar por la Argentina...ahora está mas cerca de Dios".

Extraño reconocimiento proveniente de un gran rabino, ¿no es así? ¿Estará cerca de ver a Jesucristo?


domingo, 28 de abril de 2013

LA FSSPX INFILTRADA POR GNOSTICOS IIIa PARTE







« En este dominio, es necesario ser fiel al combate de Monseñor Lefebvre que, a ejemplo de León XIII y de San Pio X, invitó a nuestros amigos de los Cuadernos Barruel a arrancar su máscara a los gnósticos infiltrados en nuestros rangos. Es la guerra, y será difícil. Imploremos al Cielo la luz y la fuerza para aquellos que, esperemos que sean numerosos, entrarán en razón y también, y sobretodo, para las autoridades de la Tradición que sin ninguna duda tendrán decisiones penosas que tomar. ¡Que no les tiemble la mano!” Padre Beaublat, diciembre de 2003.                                                                                                                    



Pasamos ahora a estudiar la influencia del Padre Célier. Ya que, aunque los padres Aulagnier y de Tanouarn fueron expulsados, el Padre Célier sigue socavando a la Tradición desde dentro de la Fraternidad. Lo veremos a continuación.

Padre Grégoire Célier
                                                         

La unión del Padre Célier y el Padre Aulagnier ya fue puesta en evidencia en la II parte de este artículo. Dijimos que el Padre Aulagnier presionó para que el Padre Célier fuera ordenado sacerdote. Ahora Max Barret nos cuenta cómo el mismo Padre Aulagnier confesó su relación con el Padre Célier…
Courrier de Tychique n°373 de mayo de 2011:

En una larga crónica publicada en su sitio Item,  publicado también en Tradinews el pasado 14 de abril, el padre Aulagnier confirma de manera muy clara lo que venimos denunciado desde hace algunos años:

(…)

El Padre (Aulagnier) nos dice que sus encuentros con el padre Lesquin se hacían discretamente en la abadía de la Source. Y a pesar de esta discreción, el círculo creció rápidamente… El padre cita a los participantes que se unieron a la conspiración. ¡Y es allí donde pone el dedo en la llaga! El confirma explícitamente la influencia inexplicable e inexplicada de un personaje al que algunos hemos denunciado, lo que nos valió las peores críticas de la jerarquía de la Fraternidad: “Todo comenzó en 1992 (notemos bien la fecha) Nos reuníamos ya sea con los monjes, ya sea en nuestras casas de la FSSPX. Yo llevaba conmigo al Padre Célier que consagró completamente a las conversaciones. El fue un poco el secretario de las sesiones. ¡El preparó la mayoría de nuestras intervenciones”!

¡Al fin lo dijo! … El Padre Célier era entonces el alma del complot. Y si el Padre Aulagnier fue expulsado de la Fraternidad, si el Padre de Tanouarn lo fue también, el Padre Célier continúa inculcando su doctrina acuerdista gozando de un aura que cada vez se vuelve más insoportable a los más fieles partidarios de la FSSPX. En 1992, un año después del deceso de Monseñor Lefebvre, él ya dirigía el complot. El fue el secretario de las sesiones. Preparaba la mayoría de las intervenciones. Por lo tanto, era el jefe, el Magister. ¿Qué ya no lo es?... Nada es menos seguro, lo que hace más sospechoso… Porque ha hecho adeptos en el seno mismo de la Fraternidad… ¡Situados en el lugar correcto!

Y efectivamente, Max Barret era uno de los pocos que lo denunciaron (y fue castigado por eso). Otros fueron Etienne Couvert, el cual era responsable junto con Jean Vaquié de los Cuadernos Barruel, el señor Philippe Ploncard d’Assac, el señor Paul Chaussée y el señor Adrien Loubier.

El señor Paul Chausée en su artículo Análisis Crítico del libro Benedicto XVI y los Tradicionalistas por el Padre Célier, hace un pequeño análisis de cada una de las obras del Padre Célier, misma que les presentamos a continuación:

sábado, 27 de abril de 2013

COMENTARIO ELEISON CCCII (302).- 27 DE ABRIL DE 2013






GREC – IV


 Una señora, habiendo leído el primer “Comentario Eleison” sobre el GREC (EC 294 del 2 de Marzo) escribió para quejarse de que yo malinterpretaba al GREC, el grupo parisino de católicos fundado hacia el fin de la década de 1990 para poner juntos a los Tradicionalistas y a los católicos oficiales, de manera que pudieran pensar y hablar pacíficamente unos con otros para el bien de la Madre Iglesia. Estoy feliz de corregir los errores de hecho que ella señaló. No tengo problema en admitir las faltas personales mías que ella resaltó. Sin embargo, en un punto, debo estar en desacuerdo con ella.

En cuanto a los errores de hecho, el Sr. Gilbert Pérol fue Embajador ante el gobierno italiano y no ante el Vaticano. Asimismo, él no fue un “colaborador laico” sino un amigo personal del Padre Michel Lelong, un Padre Blanco. Asimismo, el GREC no fue lanzado “en los salones de París” sino en el piso de la viuda del Embajador, la Sra. Huguette Pérol, quien, según me dijeron, asume completa responsabilidad por haber fundado el GREC, puramente para ayudar a la Iglesia, y con la ayuda de gente “competente y preocupada por ser fiel al Evangelio y a la Tradición”.

En cuanto a mis faltas, ella escribió que yo era un “pagado de mí mismo” e “ignorante”, que carecía de modestia y diplomacia, que demostraba un respeto insuficiente por los muertos, y que escribía con un tono sarcástico no propio de una persona educada ni de un Sacerdote. Señora, cuan feliz yo estaría si estas fueran las peores faltas por las cuales deberé responder ante Dios. En verdad, rece por mi juicio particular.

Sin embargo, en cuanto al sarcasmo, permítame alegar que, si me burlé de la nostalgia que los católicos tienen hoy por el catolicismo de los años 1950, no estaba pensando en el Embajador Pérol en persona sino en multitudes de católicos actuales. ¡Estas multitudes, no dándose cuenta porque Dios permitió ante todo al Vaticano II que separara a la Iglesia oficial de la Tradición católica, desean volver a esa fe sentimentalizada de la década previa que es justamente la que condujo directamente al Vaticano II ! Señora, la cuestión crucial no tiene nada que ver con personas subjetivas; tiene todo que ver con doctrina objetiva.

Y es por ello que debo estar en desacuerdo con usted en cuanto a la competencia de la gente que ayudó a la Sra. Pérol a fundar el GREC. Que un diplomático profesional como el Embajador Pérol haya recurrido a la diplomacia para resolver problemas mayores de doctrina, es extraviado pero comprensible. Que un Sacerdote Conciliar como el Padre Lelong haya estimulado tal empresa diplomática es más grave pero aún comprensible, dado como el Vaticano II socavó toda doctrina, oficializando al subjetivismo dentro de la Iglesia. Lo que sí es mucho menos fácil de aceptar es la “competencia y preocupación por el Evangelio y la Tradición” por parte de Sacerdotes entrenados por Mons. Lefebvre para comprender el desastre doctrinal del Vaticano II. Tales Sacerdotes nunca debieron animar, menos aún jugar cualquier parte activa en, un esfuerzo esencialmente diplomático para soluciona r un desastre esencialmente doctrinal, al margen de cuán bien intencionado tal esfuerzo pudo haber estado.

Sin embargo, aún así, incluso en el caso de estos Sacerdotes, se puede aplicar en alguna medida el proverbio francés: “Entender todo significa perdonar todo”. El Arzobispo pertenecía a una generación más anterior y más sana. Todos ellos son hijos de un mundo hecho añicos por dos Guerras Mundiales. Todo el crédito para ellos por haber recurrido a la persona del Arzobispo para su formación sacerdotal, y mientras él vivía nos elevó a todos. Pero ellos nunca absorbieron completamente su doctrina, así que una vez que él murió, en pocos años comenzaron a recaer. Pero él estaba en lo cierto, y ellos y el GREC -- perdóneme, agraciada dama -- están en el error. Quiera Dios que vuelvan a lo cierto.

Kyrie eleison.

DOCUMENTO INÉDITO: Carta del Superior General a los miembros de la Fraternidad San Pío X de abril de 2012

SYLLABUS


DOCUMENTO INÉDITO: Carta del Superior General a los miembros de la Fraternidad San Pío X de abril de 2012

Nuestros comentarios van en rojo.

+ Menzingen, 18 de abril de 2012

Queridos miembros de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X:

En un correo fechado el 15 de abril de 2012, he respondido a la solicitud de aclaración que el Cardenal William Levada me había hecho el pasado 16 de marzo, sobre el Preámbulo doctrinal que me había sido entregado el 14 de septiembre de 2011. Como indica el comunicado de prensa de la Comisión Ecclesia Dei con fecha de hoy, el texto de esta respuesta “será examinado por el Dicasterio [Congregación para la Doctrina de la Fe] y luego sometido al juicio del Santo Padre”.

Mi respuesta no es el texto del Preámbulo, aunque con “algunas modificaciones no substanciales” como había anunciado precipitadamente un vaticanista de La Stampa. Más en concreto, el Padre Federico Lombardi, director de la sala de prensa de la Santa Sede, había declarado: “Esta respuesta es diferente a las anteriores, que habían sido consideradas insuficientes. Contiene las peticiones o propuestas de precisiones sobre el texto del preámbulo doctrinal propuesto para firmar. Naturalmente, es algo que requiere un examen, que hará la Congregación, y, finalmente, el Papa. Mientras no tengamos la respuesta de la Congregación y del Papa, no podemos considerar que se haya llegado a un resultado definitivo.” Luego habla de un plazo de tiempo, algunas semanas, antes de recibir una respuesta definitiva.

Esta respuesta doctrinal, que versa sobre la fe católica, sobre la naturaleza y el funcionamiento del Magisterio y su relación con la Tradición, se inspira en el principio del que les había hablado a ustedes en la última editorial del Cor Unum: “Que no se pida a la Fraternidad concesiones en lo concerniente a la fe o a lo que de ella emana (liturgia, sacramentos, moral, disciplina)”. Sin embargo, del análisis exhaustivo realizado sobre la Declaración doctrinal entregada a Roma el 15 de abril se desprende profusamente que sí se han hecho concesiones concernientes a la fe y lo que de ello se desprende. El lector interesado puede abundar en los estudios ofrecidos por éste y otros blogs de la Resistencia católica. Por desgracia, todavía no se puede comunicar el texto mismo, en razón de la discreción requerida y del examen que la Santa Sede está realizando todavía. Sea aceptado o sea rechazado, lo comunicaré a ustedes lo más pronto posible. Luego de transcurrido un año, el texto de la declaración sólo ha podido conocerse mediante una filtración, pues Mons. Fellay sigue considerando que debe permanecer escondido. ¿Pero acaso si fuera un texto que no hace ninguna concesión a la Iglesia conciliar, por qué no se dio a conocer?  ¿Por qué Mons. Fellay le oculta esta información a los sacerdotes de la Fraternidad, sino porque hay cosas malas en él? Volvemos a recomendar la lectura de los estudios realizados sobre la misma.

En caso de que las autoridades romanas acepten nuestro texto doctrinal, éstas prevén otorgarnos una estructura jurídica que concedería a nuestra Fraternidad y a las obras de la Tradición “una real libertad y autonomía de acción”, para “permitirle vivir y desarrollarse concretamente”, según el otro principio enunciado en el Cor Unum. Mons. Fellay manifiesta que las autoridades modernistas de Roma –enemigas de toda restauración  católica, pues por sus frutos se conoce el árbol- tienen la voluntad de favorecer a la FSSPX a la que siempre han querido ver desaparecer. ¿Se puede ser tan ingenuo? ¿Es ingenuidad de Mons. Fellay, o complicidad con los liberales que desean acabar con la FSSPX? ¿Y esas peticiones a los modernistas romanos? ¿Qué es eso de pedir que nos den "libertad" y "autonomía", y que nos dejen "vivir y desarrollarnos"? ¡Migajas suplicadas por liberales que creen estar debajo de la mesa a otros liberales! ¡Peticiones propias de los que ya no creen en el Reinado de Cristo, en la futura y necesaria victoria total de la Tradición sobre la herejía modernista! ¿Desde cuándo se le piden seguridades a los enemigos? ¿Desde cuándo se pide algo al adversario? Al enemigo no se le pide nada ni se le suplica: ¡se le combate sin tregua! Monseñor Fellay ha convertido a la FSSPX en una congregación mendicante de las migajas de los liberales.

Todos han de pedir en sus oraciones a Nuestro Señor y a su Santísima Madre para la Fraternidad San Pío X la gracia de no tener en vista sino la realización del lema de nuestro santo Patrono: Instaurare omnia in Christo. Y termina de modo tal que el texto incurre en la típica contradicción de los católicos liberales.

+ Bernard Fellay